Muchos lo habrán notado, al ver vídeos, documentales e incluso en persona, si comparásemos lo que hace una serpiente junto con un ser humano, equivaldría a abrir tu boca lo suficiente como para tragarte un balón de fútbol, lo cuál para un ser humano resulta imposible.
Pero, aquello es muy parecido a lo que hacen con toda facilidad muchas serpientes, las mismas se tragan entera su comida y para ello tienen que poder abrir sus bocas más de lo normal. La estructura de su mandíbula inferior les ayuda a hacerlo. La mandíbula inferior se divide en dos mitades: izquierda y derecha. En el frente, las dos mitades están unidas con un tejido conectivo flexible que permite que se estiren.
Unos huesos en el cráneo de la serpiente actúan como palancas y hacen que las mitades se extiendan hacia abajo. Cuando la serpiente se engulle por ejemplo un enorme huevo (sucede lo mismo si lo hace con un ratón u otro roedor), parte de su cuerpo se hincha y la piel de su cabeza y cuello se estira mucho. Los músculos del cuello aprietan al huevo contra la parte ventral de las vértebras del espinazo de la serpiente.
Finalmente, al romperse la cáscara, la parte líquida del huevo se mueve hacia el estómago de la víbora y cuando esto sucede, la serpiente escupe la cáscara rota.
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¿Cómo pueden las serpientes comerse algo más grande que su propia cabeza?